21 Ago La pantalla que vive, el cine que vibra
La reina de España no es tanto una película, que también, como una declaración de amor; una entregada misiva dirigida a asuntos tales como el cine, el oficio de actor, el arte de la narración y, lo más evidente, el propio amor. «Pienso en lo que hizo Dumas. Él volvió a juntar a los tres mosqueteros ya mayores y enfermos muchos años después de sus hazañas. Y lo hizo por pura curiosidad. En esta película no he pretendido más que reunir a unos personajes que me han perseguido todo este tiempo. A su lado lo que surge es una crónica de todos nosotros a través de ellos», dice Fernando Trueba para explicar el extraño y delicado artefacto que es su último trabajo.
En efecto, 18 años después de La niña de tus ojos, el director convoca a los mismos fantasmas en una suerte de aquelarre, tal vez mesmérico, en el que el tiempo de la realidad y la ficción coincide, se duplica y, finalmente, cae refutado. Los personajes que nos abandonaron en el frío invierno de una España en guerra allá en 1938 regresan, también casi dos décadas más tarde, en 1956. En la película original la troupe encabezada por Macarena (Penélope Cruz) viajaba a la Alemania del nazismo a rodar las dobles versiones españolas y alemanas de los mismos argumentos. Ahora, con la Segunda Guerra Mundial concluida, la nueva entrega dibuja una España que hace ya tres años salió del bloqueo y entró en la ONU. Justo entonces, a la península llegaron las primeras producciones de Hollywood.
La escena que se esconde tras el storyboard se sitúa justo al principio de la nueva película y discurre con los títulos de crédito a modo de presentación y liturgia. «Se trata», explica el director, «de reproducir imágenes falsas de noticiarios de época tanto españoles como ingleses y americanos. Es la entrada a la película y quiere ser la antesala a unas vidas que, de alguna manera, nos pertenecen. Vemos a Macarena casándose, triunfando, firmando el contrato de la película en España, desembarcando del avión… Pero también asistimos a la suerte vivida por el resto de los personajes: el director Blas Fontiveros (Antonio Resines), Castillo (Santiago Segura) o el galán Julián Torralba (Jorge Sanz) aparecen al lado del Berlanga real en los premios de los sindicatos de la época… Todos han vuelto«.